Una cerradura inteligente es un dispositivo útil aunque despierta suspicacia porque da conectividad a la puerta de la casa, pero aunque implica riesgos también tiene ventajas; si piensa adquirir una, ciertas recomendaciones pueden ayudarle a elegir el modelo que mejor se ajuste a sus necesidades.
Conoce el tipo de instalación
Algunos modelos de cerraduras inteligentes permiten mantener la antigua y se modifica sólo el acceso a casa sin tener que cambiar llaves; esto, siempre que sean compatibles los dispositivos. Hay otra opción que consiste en reemplazar la cerradura por completo, y a pesar de requerir de más tiempo y esfuerzo, teóricamente cualquier persona puede instalarla.
Lo que se recomienda siempre es verificar la compatibilidad de la cerradura inteligente, ver in situ su instalación o, en su defecto, asegurarse de que se puede devolver o cambiar la mercancía sin problemas (busque tienda seria, pues).
Conectividad de estas cerraduras
Una cerradura inteligente dispone de conectividad para con el teléfono celular y otros dispositivos que se tengan en el hogar (como el sistema Alexa) y la mayoría lo hacen a través de protocolos comunes como el Bluetooth o Wi-Fi.
Con el Bluetooth la cerradura inteligente se conecta al celular o una tablet de forma directa, y se puede abrir la puerta cuando los dispositivos estén en el radio de acción; estas cerraduras consumen poca energía, su alcance es menor que las de otros protocolos y tienen funciones más limitadas.
La conectividad Wi-Fi suele ser opcional en algunos modelos, de modo que podamos conectar nuestra cerradura a través del router doméstico con la domótica del hogar. Así, se accede a funciones extra como las rutinas o el manejo en remoto.
Abrir y cerrar la puerta
Además de instalación y conectividad, las cerraduras inteligentes también se diferencian en la forma que tienen de abrir o cerrar la puerta. Lo normal es que permitan varios modos de acceso. Los más habituales son:
- Desde la aplicación instalada en el celular, algunas no necesitan ni acceder a la app, basta estar dentro del alcance del dispositivo.
- Con paneles táctiles y/o numéricos para introducir un PIN o contraseña.
- Mediante sistemas biométricos como la lectura de huellas dactilares (se requiere registro previo).
- Los modelos con geolocalización ofrecen bloqueo y desbloqueo automático al acercamos a casa.
- Mediante radiofrecuencia, valiéndose de una tarjeta o un llavero. Se usan en hoteles y otros alojamientos con gran afluencia de personas.
- Con la llave. No sólo aquellos modelos que sirven como complemento a nuestra cerradura, sino los que cuentan con el viejo sistema mecánico como respaldo.
- El acceso desde la web (por si se pierde el teléfono o no tiene batería).
Consideraciones habituales
Fuera de que son menos resistentes que una cerradura tradicional, las “inteligentes” –como cualquier otro dispositivo conectado– son vulnerables a accesos no autorizados o el soporte del fabricante no es el mejor ni se actualiza periódicamente; por eso, los modelos más populares suelen ser más fiables.
Antes de comprar, revise duración de baterías, protocolos si se pierde el teléfono o si no tiene pila, incluso si fallan protocolos de conexión. Recuerde que los manuales de los fabricantes no siempre son claros pero si conserva un sistema mixto podrá usar llave convencional, o recurrir al soporte técnico (que depende de quién vende y dónde compre).