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Kitsch, la exageración convertida en una forma divertida de decoración

Conoce esta forma de decoración basada en la saturación, colores fuertes y personajes de la cultura popular 

Saturación y exceso los elementos más comunes del Kitsch. Volkan Vardar/Unsplash
Saturación y exceso los elementos más comunes del Kitsch. Volkan Vardar/Unsplash

Dicen que el gusto se rompe en géneros y en decoración este dicho popular se hace presente cada vez que nuevas tendencias aparecen para refrescar o romper con la cotidianidad de los estilos convencionales y clásicos.
 

El kitsch es una de las tendencias de decoración que mayor polémica generan entre los diseñadores puristas del minimalismo y aquellos que retan a las reglas del equilibrio entre colores, formas, espacios e iluminación y no temen caer en los excesos de la saturación.

Aunque el concepto kitsch se enfocó en un principio al reciclaje de objetos –como refrigeradores descompuestos que servirían mejor como un nuevo librero- pero sin caer en la ideología vintage o retro y sí más en lo rústico y mecanizado, progresivamente el concepto kitsch se ha relacionado con la extravagancia, con los extremos del glamour y los excesos del arte popular étnico o vanguardista. Hay quienes incluso lo califican como de “mal gusto”.

¿Cómo se identifica al estilo kitsch?
Por la mezcla de diversos estilos dentro de un mismo espacio. De acuerdo con el artista plástico Germán Arrubla, el kitsch está ligado al arte popular, a la esencia e íconos urbanos, una visión de la estética que no aboga por lo sofisticado sino más bien por un gusto más espontáneo y sobre todo, una forma de comunicación a través de los objetos, que puede traducirse como “la estética de la extravagancia”.


A diferencia del minimalismo y otras técnicas decorativas que se rigen por el orden de colores y la distribución de espacio y puntos de equilibrio entre los objetos colocados al interior de una casa u oficina, el kitsch se ayuda de la saturación y aprovecha cualquier tipo de superficie, rincón y textura para crear un ambiente que refleje los gustos y personalidad de la persona que ahí habita.

 

En México esta tendencia toma como puntos de referencia emblemas y personajes de la vida cultural, artística, gastronómica, deportiva y social al resaltar el colorido y siluetas de iconos de identidad nacional como la lucha libre, la devoción y la fe religiosa, ingredientes tradicionales como el chile o ajos, personajes como de la bancada intelectual pero expresados a través de situaciones populares y principalmente, utilizar objetos que ya no realizan su principal función pero que con un poco de pintura y clavos en la pared sirven como adorno decorativo o con un nuevo servicio para la casa.

Aunque los objetos seleccionados para la decoración del espacio parecieran no ofrecer una lógica de orden o temática, en entrevista para el programa colombiano “ID”, el artista Germán Arrubla puntualiza que la estética kitsch también resalta el afecto y sentimiento por determinados objetos, aunque se trate de una cultura muy diferente a la de origen.

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