La recámara de los niños es mucho más que el espacio en el que descansan. Es también el sitio en el que juegan estudian y se expresan. Y, aunque puede ser muy complicado, intentar evitar el caos que dejan muchas veces los más pequeños a su paso.
Por esta razón, en esta ocasión te compartimos tres consejos indispensables para decorar las habitaciones infantiles sin morir en el intento.
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¡Elige bien el color!
Cada color que elegimos para nuestras habitaciones transmiten sensaciones e impulsarán más unos sentimientos u otros. Así, si deseas un lugar en el que puedan tener un descanso de calidad, opta por el blanco, el azul para que les ayude a concentrarse, algunos detalles en verde para que se sientan mucho más confiados.
Asimismo, puedes incorporar los lilas y morados, lo cual estimulará su creatividad y disminuirá su impaciencia. Los tonos rojos incrementan su entusiasmo y abren el apetito; los rosas son sinónimo de tranquilidad. Los color arena transmiten equilibrio y el amarillo estimulará su imaginación.
Un cuarto siempre ordenado
Aunque las prendas de los niños sea pequeña, también ocupa espacio. Por eso es indiscutible que el orden es primordial tanto en cajones como en armarios. Por eso, te puedes apoyar con el uso de cestas y separadores. También conviene etiquetar los contenedores de juguetes para saber qué guardar en cada una de las cajas. Así podrá encontrar las cosas a la primera sin tener que sacar todo.
Deja espacio para todo
Ya sea que se trate de una recámara para niños pequeña o grande, en términos de distribución deja siempre un espacio central lo bastante amplio para que puedan jugar y divertirse muy cómodamente. Ya sea para hacer un castillo, jugar con un circuito de coches o montar un desfile con sus muñecas. Coloca una gran alfombra o varias que darán calidez a la recámara y se convertirá en el escenario perfecto para dar rienda suelta a su imaginación.