Nuestro hogar tiende a ser sinónimo de comodidad y descanso, aunque la cada vez más popular idea del trabajo a distancia puede llegar a hacer que ambos conceptos, aparentemente agradables, se vuelquen en nuestra contra cuando buscamos concentración y productividad.
Por su parte, la filosofía oriental de la decoración del Feng Shui que se enfoca en la manera en cómo nuestro interior se proyecta en nuestro entorno y cómo, a su vez, éste influye en nuestra vida, nos puede ayudar a comprender y mejorar algunos hábitos a la hora de afrontar una jornada de trabajo desde la comodidad de nuestra casa.
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Cómodo, pero productivo
De acuerdo con diferentes especialistas en interiorismo, todos los aspectos positivos de nuestro hogar pueden nutrir y mejorar la calidad de nuestro trabajo si los aplicamos bien, y apunta que la capacidad de sentirnos cómodos es uno de ellos.
Entre las recomendaciones se enlista encontrar una posición cómoda pero también atenta con la intención de facilitar la relajación del cuerpo pero no su abandono.
De esta manera lograrás tener calma mental y mantener la atención, mientras que también te ayuda a encontrar el orden emocional que impedirá que de distraigas.
Alista todo y deja de improvisar
Si no cuentas con un espacio específico para trabajar en casa, evita la improvisación y trata de acondicionar el espacio que vayas a usar antes de comenzar con tus actividades laborales.
Por ejemplo, puedes dejar todo listo desde una noche antes para que te levantes con más enfoque y motivación de trabajar.
Recuerda que despejar tu entorno y tener listo tu espacio de trabajo unos minutos antes de comenzar te ayudará a que tu energía y concentración se enfoquen por completo a las prioridades.
Mantén la puerta de entrada a la vista
De acuerdo con los expertos, mantener a la vista la puerta abierta de la habitación sin tener que movernos tanto es una manera inconsciente de lograr que continuemos concentrados.
De esta forma, se recomienda que busques una posición en la que te resulte sencillo ver la puerta sin necesidad de cambiar de postura o, si no es posible, ayúdate de un espejo para ver su reflejo. Este fácil gesto puede incrementar notablemente la calidad de tu concentración.