Habita

La arquitectura neogótica en su máxima expresión está presente en El Expiatorio

Su estilo arquitectónico es un icono para la ciudad y Mexico, que lo convierten en una joya urbana contemporánea 

La iglesia de El Expiatorio comenzó  su construcción el 15 de agosto de 1897 y terminó 75 años después en 1972 a cargo del arquitecto Díaz Morales. Espacios
La iglesia de El Expiatorio comenzó su construcción el 15 de agosto de 1897 y terminó 75 años después en 1972 a cargo del arquitecto Díaz Morales. Espacios

Concebida por el arquitecto italiano Adamo Boari, el templo Expiatorio de Guadalajara es una de las iglesias exponentes de la arquitectura neogótica de México. Inició su construcción en 1897 y fue concluida hasta 1972. El retraso en la obra se debió factores económicos y la instabilidad social y política que vivía el país, primero por la Revolución además de la Guerra Cristera, conflicto que se desarrolló con mayor intensidad en el Occidente del país.


“Finalmente, entre 1899 y 1900 el arzobispado de Guadalajara encargó un proyecto al arquitecto italiano Adamo Boari, ingeniero de formación, quien ya había realizado algunas obras para la archidiócesis de Guadalajara, en concreto en el municipio de Atotonilco el Alto, y que poco tiempo después proyectaría el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México”, explica el artículo, “El templo Expiatorio de Guadalajara. Un ejemplo de arquitectura neogótica para la Iglesia católica” del autor Martín M. Checa-Artasu.


Entre sus características destacan dos torres gemelas de 65 metros de altura, coronada con una gran roseta al centro. En la fachada están labradas figuras y emblemas religiosos. Está dividido en tres secciones rematadas en pináculo, se utilizó en su mayor parte cantera tallada a mano. 


“En su escenografía interior, el edificio es claramente gótico: una nave central de 30 metros de ancho por 54 metros de largo, pilares compuestos, arcos apuntados, bóvedas de crucería, vitrales que filtran la luz, naves elevadas que en el crucero llegan a los 64 metros. Lo gótico que corresponde al proyecto inicial y justifica las motivaciones para la erección del templo envuelve al altar plenamente postconciliar”,  explica Checa-Artasu.


En 1969 se instaló un carrillón de 25 campanas que tocan una colección de obras musicales acompañadas de una peregrinación de diversos santos de la Iglesia Católica, todo esto tras iniciativa de Pablo Horn, además se agregó un reloj alemán de cuatro carátulas. Estuvo en funcionamiento sólo tres años, es hasta 2005 que se reparó e instaló nueva tecnología digital para una mejor operación.

Más Noticias