Pese a que ya san son muchas las casas que ya cuentan con vitrocerámica, la verdad es que algunas todavía se resisten y prefieren apostar por el gas. Las cocinas de gas calientan más rápido los alimentos y admiten todo tipo de ollas, cacerolas o sartenes.
Lo cierto es que las personas que escogen este tipo de cocinas o hacen por otras cuestiones. Sin entrar en mucho debate, la verdad es que limpiar las rejillas de cualquier cocina de gas, no es plato de buen gusto.
Está bastante claro que la limpieza de las rejillas de este tipo de cocinas es una tarea muy engorrosa. Si a pesar de todo esto, eres un amante de las cocinas de gas tienes que quedarte a leer este artículo. Descubre cómo limpiar las rejillas de las cocinas de gas en menos de cinco minutos y de manera sencilla.
Rejillas limpias en un par de minutos
Lo primero que debes de hacer es retirar las rejillas. Una vez que las hayas quitado, es momento de colocarlas en el fregadero de la cocina. Agrega agua caliente, misma que te ayudará a desinfectarlas y mete una o dos pastillas de lavavajillas. Deja actuar por aproximadamente cinco minutos, ¡y listo!
Si repites este procedimiento por lo menos una vez por semana, no será necesario que dejes actuar esta mezcla de agua y lavavajillas durante más tiempo. No obstante, de lo contrario, tal vez es recomendable dejar actuar unos treinta minutos o más, dependiendo de la grasa que tengan las rejillas. Puedes apoyarte en el uso de un cepillo o estropajo de aluminio para retirar la suciedad incrustada en la rejilla.
Te recomendamos que, antes de enjuagar, quites toda la suciedad de las rejillas de la estufa. Cuando la rejilla esté limpia, deberás de secarla. Deja secar al aire, o con la ayuda de un paño de microfibra.
Limpia con vinagre
Si te quedaste con las ganas de limpiar más tus rejillas, o bien, estas se encuentran muy sucias, utiliza vinagre blanco de limpieza para dejarlas como los chorros del oro. Antes de comenzar la tarea, comprueba que estén frías para proceder a su limpieza sin quemarte.
Para ello, llena un recipiente grande con agua tibia y agrega un vasito de vinagre. Mete las rejillas y déjalas reposar por lo menos durante varias horas. Después, sécalas y lávalas con agua tibia y jabón neutro, empleando un estropajo para retirar toda la grasa. El vinagre facilitará su extracción. Al finalizar, sécalas con un paño limpio y seco.