Las macetas de autorriego –también llamadas hidrojardineras– son un sistema diseñado para mantener las plantas en condiciones óptimas, es decir, sin necesidades de humedad que les pongan en riesgo; en este sentido, nos permiten un cuidado más laxo del riego de las plantas entre una semana y diez días, según la temperatura ambiente.
De este modo, las macetas de autorriego son un sistema que mantiene la humedad constante cuando, en condiciones normales, no disponemos de tiempo suficiente para regar las plantas de forma correcta. Este tipo de macetas se componen de dos contenedores entre los que resta un espacio en la zona inferior. Ese espacio sirve de depósito de agua, donde descansan unas mechas que salen del interior de la maceta y que están en contacto con el sustrato y, por tanto, con las raíces. Así las fibras de las mechas se empapan con el agua que ponemos en el depósito y las mismas plantas van absorbiendo la humedad que necesitan.
Además, estas macetas incluyen un dispositivo que nos indica el máximo y el mínimo de agua que requiere la planta, es decir, la cantidad de líquido que debemos poner en el depósito. En función de la cantidad que pongamos, del tamaño de la hidrojardinera y de la temperatura del ambiente, este sistema puede surtir de agua a la planta desde una semana hasta un mes, como máximo. Asimismo, los sistemas de autorriego son muy fáciles de instalar y de utilizar.
Consideraciones importantes
Por otra parte, las macetas de autorriego –que pueden buscarse también bajo el nombre de riego automático o incluso riego inteligente– pueden ser una buena solución para mantener las plantas de interiores más saludables; y se recomiendan especialmente para ser utilizadas con plantas tropicales, algunas hierbas para la cocina (como perejil o albahaca) y otros vegetales (tomates, chiles o ajos), sin embargo, no son buena opción para plantas que necesiten que el sustrato se seque entre riegos, como los cactus.
De acuerdo con lo anterior, las macetas con riego automático pueden facilitar mucho las tareas cotidianas, además de mejorar la salud de las plantas; su principal ventaja reside en ayudarnos a ahorrar tiempo, no teniendo que regar las plantas de interior regularmente. Ahora bien, existen modelos de diferentes formas y colores, al gusto de cada uno, lo que les convierte (además de ser un artefacto práctico) en un elemento de decoración, también.