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Sácale provecho a tu clóset

Limpieza y orden la clave para almacenar más y de mejor forma en un espacio vital de las recámaras 

Ordenar el clóset con estos consejos. Adrienne Leonard /Unsplash
Ordenar el clóset con estos consejos. Adrienne Leonard /Unsplash
Por:  Espacios Informador

Tras el auge de Marie Kondo y su sistema de acomodo las personas han cobrado una mayor preocupación por mantener sus espacios mejor distribuidos. En el tema de los clósets hay muchas aristas a tomar en cuenta, con importantes puntos y variables según cada caso.


Sin duda, una primera recomendación para quien desee meter un poco más de orden en su espacio de almacenamiento de prendas es evaluar cuáles ya no se usan. El primer paso para un clóset mejor arreglado es sacar las ropas que ya no están en nuestra circulación cotidiana que usamos. Donaciones o directo a la basura son dos opciones para deshacerse de la ropa que ya no nos queda o que no planeamos volver a usar.  


Al quitar esa ropa nos queda un mayor margen de acción para un reacomodo más efectivo. Dependiendo de las circunstancias, el clóset mismo después de esa purga puede ser el espacio para trabajar el resto de la ropa que sí nos quedaremos. Si no queda suficiente espacio un buen lugar resulta ser la cama, pues permite colocar y apilar la ropa según secciones.  


Este segundo punto es de suma importancia para implementar una mejor estructura del orden en el clóset. Con frecuencia vemos las diferentes categorías de ropa como informal, casual, sport y formal, pero pocas veces esas diferenciaciones se reflejan en el acomodo que le damos dentro del clóset: a la larga resulta mejor tener toda la ropa dividida o al menos acumulada con esas categorías. Como primer paso, siempre será mejor colocar la ropa formal (en caso de que no la usemos a diario) en el lugar en el que reciba menos polvo posible.  


Con frecuencia este tipo de ropa, junto a la casual, va colgada, pero hay otras prendas que pueden ir dobladas, como la sport y la informal (donde podemos incluir lo que usamos en casa). Dependiendo del tipo de clóset esta ropa se podrá colocar en cajones o entrepaños. En el caso de los entrepaños puede ser más accesible tener la ropa doblada de la manera clásica, formando un cuadrángulo: en el caso de los cajones podemos implementar un tipo de doblado más alternativo, con camisas y pantalones enrollados (así se ahorra más espacio).  


Un tema aparte son las prendas íntimas y los calcetines. Su tamaño depende mucho de nuestras tallas, pero por lo general se trata de prendas relativamente pequeñas. Por ello mucha gente suele colocarlas “en los huecos” de los cajones o entrepaños, una práctica que si bien nos ahorra un poco de espacio a la larga puede ser contraproducente. Tenerlos así implica saber que están desperdigados, algo que podría generar que haya calzones o calcetines que no usemos durante mucho tiempo por quedar enterrados entre otras ropas. Por ello es útil tener un espacio pequeño destinado específicamente para estas prendas. Allí debemos aplicar un doblado que sintetice su tamaño lo más posible, para ahorrar espacio.  


Algo que en ocasiones no podemos controlar es la estructura del clóset, pero si tenemos la opción de cambiarla es recomendable tener una estructura modular, para poder adaptar los espacios según nuestras necesidades. Independientemente del tipo de clóset que tengamos, un elemento con mucha utilidad son los accesorios extra. Estos suelen ser mucho más pequeños, pues están destinados para guardar los accesorios para vestir (bufandas, sombreros, corbatas, mascadas e incluso bolsas). Hay distintos tipos de accesorios, como el clásico perchero, algunos que caben en una esquina del clóset. Hay otros más específicos para cada objeto, como los corbateros, en los que también podemos guardar mascadas.  
 

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