Tener plantas en casa para decorar o por gusto personal a la jardinería, supone asumir la responsabilidad de su cuidado, ya que se trata de un ser vivo con necesidades biológicas específicas.
Si bien las plantas tienen muchos cuidados y pueden morir por diversas razones, una de las más comunes es la muerte por un inadecuado sistema de riego.
Si desconoces las necesidades de tus plantas, y los factores externos que dictan la cantidad y frecuencia conque hay que regarlas, están condenadas a perecer.
Cada planta tiene su requerimiento nutricional, y dependiendo de la especie es la cantidad de agua que solicita a la semana, pero también el clima y el sitio en que la tengas son factores a considerar para establecer un sistema de riego adecuado.
Si bien no se pueden trazar las reglas del riego perfecto, si hay recomendaciones generales que son aplicables a todo tipo de plantas, toma nota de las más relevantes:
Es preferible que cuando riegues tus plantas lo hagas a profundidad, en lugar de regarlas con frecuencia.
Evita la evaporación del agua, en primavera y verano, que es cuando el clima es más cálido, riega tus plantas por la noche, cuando la temperatura ha descendido.
De igual manera evita que tus plantas se congelen con las bajas temperaturas del invierno, lo mejor es regarlas por la mañana o a medio día, cuando el sol calienta un poco.
Toda planta, semilla o esqueje recién plantado deberá tener su tierra siempre húmeda al menos los primeros meses mientras se enraiza.
Existe un fenómeno climático llamado “canícula estival” que se da en diferentes momentos del año dependiendo el país en que te encuentres, para la zona de América Latina, se sitúa en la segunda semana de julio y se prolonga por alrededor de cuarenta días.
En este periodo la temperatura sube y la humedad baja, se caracteriza por un periodo de calor en demasía vientos secos, escases de lluvias, etc. Durante este tiempo las plantas entran en estado de letargo por lo que necesitan menos riego, dependiendo el espacio de la casa donde estén situadas.