Cuna clásica
En este caso, nos referimos a la típica cuna de madera que tantas veces hemos visto. Su principal beneficio es que tienen una vida útil de muchísimos años; si vas a tener más hijos, la inversión seguro que valdrá la pena. Por otro lado, son seguras y también cómodas. Muchas de ellas, además, permiten quitar los barrotes para transformarlas en cama. Así, la progresión de tu hijo desde la cuna a la cama individual será más placentera para él.
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Practicuna
Como su nombre lo indica, estas cunas se destacan por su funcionalidad. Están hechas con tela impermeable, lo que las hace fáciles de lavar y muy livianas para mover. Además, cuentan con redes y bordes redondeados, por lo que el pequeño no tendrá riesgo alguno de lastimarse. Suelen contar con cambiador desmontable y puedes usarlas como corralito para que tu bebé juegue en ellas.
Cunas convertibles
En la actualidad, puedes conseguir cunas con barandas y cabezales desmontables que se transforman en cama. Los diseños son muy variados, y todos verdaderamente bonitos. Por un lado, están las camas cuna, que usan el mismo colchón para formar una cuna con un asiento luego del respaldo, o la cuna convertible, que puedes transformar en una cama normal o un sofá con tan solo mover o quitar sus piezas.
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Cunas colecho
Estas cuentan con tres barandas: una en el respaldo, otra en los pies y la última a un lado. El costado descubierto, en tanto, debe situarse mirando hacia la cama de su mamá. Se trata de una cuna ideal para los primeros meses de vida. Mientras que el bebé no pierde el contacto necesario con su madre, ella no sacrifica la comodidad para su descanso; esto, de hecho, es esencial para mantener su salud y aprovechar los momentos para dormir.