El fallecido arquitecto Ricardo Bofill cierra con la torre Ikon, su último rascacielos residencial, el cual fue inaugurado el pasado martes en València, el proceso "doloroso" que comenzó a principios de los años 80 del siglo pasado con el diseño de varios tramos del jardín del Turia y que termina con un edificio icónico que supone una puerta de entrada a la ciudad.
Durante la apertura de esta obra, de 110 metros de altura, el edificio residencial más alto de València, configurado por dos torres de 30 y 14 plantas de altura, con 198 casas, de las 203 iniciales, ya que se han unido varios residencias, uno de sus hijos, Pablo Bofill, compartió:
"Mi padre -fallecido en enero de 2022- estaba esperando este momento desde hace muchos años".
En declaraciones a los periodistas ha relatado que cuando el promotor, Saïd Hejal, responsable de Kronos Real Estate Group, asistió al taller a proponerles el proyecto del edificio Ikon la respuesta de su padre fue un "sí" sin dudarlo y sin conocer sus características, porque "estaba esperando ese momento desde hace tantos años", regresar a la ciudad donde se había realizado el primer proyecto de transformación urbana de la historia del taller.
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"València seguirá siendo el punto de referencia a partir del cual se ha demostrado que se podía hacer una arquitectura sin una gran inversión, que tuviese un gran impacto para la vida de los ciudadanos y con una idea que actualmente es más presente que nunca, a través de la vegetación, el agua, paseos y una vida socialmente responsable, y sigue siendo un arquetipo en nuestra memoria y taller", ha señalado Bofill.
Ha lamentado que el gran proyecto del Jardín del Turia, que su padre desarrolló junto al alcalde Ricard Pérez Casado y que iba a suponer una transformación radical de la ciudad a través del antiguo cauce del río Turia hasta el mar, sufrió, después de la ejecución de los primeros tramos, "un abandono completo, sin una consulta, ni una llamada, ni una participación en el concurso ni ninguna invitación durante tantos años", que generó "dolor" en el arquitecto y la sensación de que su aportación y compromiso había "quedado en nada".
Por ello, ha mencionado, Ricardo Bofill acogió con ilusión la propuesta de la construcción de Ikon, un nuevo "icono" de la ciudad, con la que tenía una relación muy intensa de "amor", y un gran "desafío", ha explicado Pablo Bofill, en la que se ha trabajado desde la idea de realizar una intervención "sencilla, elegante y atemporal" en la que se han cuidado mucho los detalles.
Se trata de un edificio singular y "no se va parecer a ninguno de los que hacemos", ha explicado Pablo Bofill, y el último gran rascacielos residencial construido en el que participó su padre.
Por su parte, Saïd Hejal, director general de Kronos Real Estate Group, ha señalado que cuando proyectaron el edificio Ikon en el primer arquitecto que pensaron fue en Ricardo Bofill, por su historia y conexión personal con la ciudad de València.
El edificio ha sido diseñado, ha detallado, como un edificio que se convierta en un referente arquitectónico de la ciudad, que fue elegida por su relación con el diseño, por su buena infraestructura, climatología y su posición como "una de las mejores ciudades de España".
Promovido por Kronos Homes -con una inversión de 80 millones de euros sumando la adquisición del suelo- constituye junto al hotel Meliá, de volumetría similar, una puerta urbana de la ciudad.
Las viviendas tienen 1, 2, 3 y 4 dormitorios, desde 70 a 140 metros cuadrados, y se pusieron a la venta con un precio a partir de 200 mil euros y cuenta además con varios áticos con vistas al mar y a ambos lados de las torres, con precios que alcanzan los 3 millones de euros.
Las torres disponen además de 7 mil m2 de plantas comerciales que recaerán en las dos calles, así como con un jardín mediterráneo, piscina y solárium, un gimnasio y un espacio social gourmet.
Kronos Homes tiene además proyectados tres edificios residenciales, destinados al alquiler, en la ciudad, con un total de 331 viviendas, en la zona de Joan Verdeguer.
Con información de EFE.