La arquitectura hostil se puede definir como un diseño urbano que logra impedir que un espacio u objeto sea usado de una forma que afecte el panorama, aún cuando esto impida o repercuta en su funcionalidad y ésta carezca de armonía.
En el libro Creating Defensible Space, del arquitecto estadounidense Oscar Newman, se describe que la arquitectura hostil refiere a "una estrategia de diseño urbano que emplea elementos arquitectónicos y urbanísticos para influir en el comportamiento humano y disuadir ciertas actividades no deseadas en el espacio público".
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Es bastante común que estas intervenciones que pueden verse en grandes metrópolis como la Ciudad de México y otras grandes urbes para impedir, por ejemplo, que personas en situación de calle se asienten en un espacio específico.
De acuerdo con el mismo Newman, los elementos que se utilizan para influir en el espacio público de forma que no sean ocupados por ciertos grupos sociales son los mobiliarios incómodos, así como la distribución espacial que impida el acceso o usabilidad y hasta iluminación inadecuada.
La arquitectura hostil también ha servido como un recurso para que las personas no ocupen espacios públicos, por ejemplo, para poner puestos de comercio ambulante, como es el caso de unas jardineras que se encuentran ubicadas en la Avenida Universidad, en la alcaldía Benito Juárez.
De la misma manera, Ali Madanipour, profesor de Diseño Urbano en la Universidad de Newcastle en Reino Unido, sentenció en el libro Public and private spaces of the city, que estos elementos en el diseño suelen crear entornos que “carecen de humanidad estética”.