Se dice que un buen descanso es aquel que se logra cuando el sueño no es interrumpido. Pero por más que esté todo en silencio y no haya ningún mosquito rondando en la oreja, existe un factor que puede arruinar por completo ese momento de serenidad para recargar pilas: el colchón.
Aunque se caiga rendido ante el cansancio corporal y el sueño sea inmediato, no tener un buen colchón puede resultar una experiencia poco amable a corto y largo plazo que además de acortarte las ocho horas de sueño recomendadas, también es clave para lastimar de gravedad el cuello, la espalda y las piernas.
Existen colchones que, ante la limpieza y cuidado, han logrado perdurar por años sin ninguna macha o rotura de por medio, sin embargo, su interior representa un peligro cuando sus resortes y capas de confort ya no están en óptimo estado como en el principio.
Comprar un buen colchón es una de las mejores inversiones que se pueden hacer para el hogar. Más allá de los novedosos diseños y lo prestigiado de su fabricante, este artículo destinado al descanso corporal es indispensable para mantener un estado de ánimo sereno y principalmente contribuir a la relajación muscular y circulatoria del cuerpo.
Si crees que no necesitas cambiar de colchón, bastarán algunas pruebas muy sencillas para saber si es momento de adquirir uno nuevo: dolores al despertar en cuello, hombros y espalda, entumecimiento constante en piernas e incomodidad de cadera, además de que al acostarse ya no existe cierto grado de suavidad y amortiguamiento.
Por lo general, las tiendas departamentales y especializadas en venta de camas y colchones cuentan con productos de exhibición que te permiten acostarte y tocar para conocer las características principales, desde la dureza, suavidad y ligereza de las espumas y recubrimientos exteriores y resortes internos, así como sus mecanismos de acomodo toda vez que el cuerpo ha sido acostado para brindar una comodidad integral o activarse en ciertas zonas corporales que requieren de mayor presión o profundidad en cadera, espalda y cabeza.
¿Cómo duermes?
Si al momento de acostarte no encuentras tu postura ni el lugar más cómodo del colchón, es otra alerta de que es tiempo de cambiarte a uno nuevo que se adecue a tus necesidades de descanso.
Dependiendo de tus hábitos y rutinas para dormir, es necesarios conocer los beneficios que tu actual colchón ofrece, si realmente su material interno es suficiente para tu descanso o si requieres de nuevos materiales como el gel o hasta un formato de rellenado de aire.
Si eres de los que da vueltas y vueltas durante el sueño o te despiertas al menor movimiento de tu compañero de cama, también es momento de analizar la opción de cambiar por un modelo más amplio o si de plano tu colchón es una verdadera orquesta de rechinidos y chillar de los resortes, no hay duda de que quizá ya han pasado ocho o 10 años con el mismo colchón y hasta un problema de ácaros puedes tener.
Aunque las ofertas pueden ser tentadoras al momento de querer ahorrar lo más posible, en el caso de los colchones más vale invertir inteligentemente cada peso por un modelo que realmente te garantice reducir los problemas de descanso y sea una compra que te dure un buen par de años.
Es recomendable ir a los pisos de exhibición de ser asesorados por los vendedores especialistas que te explicarán hasta de qué forma ciertos colchones pueden ayudarte a dormir más fresco hasta en las sofocantes noches de primavera y verano.
Poco a poco los modelos con acolchado superior han ganado terreno en la mayoría de fabricantes y marcas tradicionales, esto impide que puedas voltear el colchón y hacer uso de su otra cara, algo que se recomendaba para darle mayor tiempo de vida y postergar su compra.
Puntos básicos al comprar
Analiza qué tipo de firmeza necesitas en tu nuevo colchón, este factor te ayudará a distribuir el descanso muscular al acostarte. Se recomienda que el colchón debe ser recto y firme y con suavidad sutil que permitan la curvatura natura de la espalda, o en caso contrario buscar un colchón más blando.
Los actuales colchones cuentan con tecnología en sus textiles que permiten una mejor transpiración, que además de garantizar el periodo de vida de este producto evitando humedad, también reducen la aparición de ácaros, bacterias y hongos, además de ser más frescos y sin tantos riesgos de alergia debido a sus materiales hipoalergénicos.