Las tendencias actuales de decoración para el hogar son adaptables a cualquier gusto, pues combinar el ayer y el hoy armónicamente es posible. Mezclar estilos y épocas en muebles, obras de artes y otros pequeños detalles es la propensión de todo buen decorador. Lo difícil es encontrar el balance perfecto, por lo que la mixtura debe ser realizada con mesura para conseguir el ambiente que se pretende.
Para crear el compuesto perfecto, el arte sacro es ideal, pues se adapta a muchos estilos, por ejemplo, si los muebles son contemporáneos y a las paredes o mesas se les agrega cuadros de arte sacro, se dará a la sala un ambiente totalmente clásico.
El arte sacro remite a la Edad Media en Europa, principalmente desarrollado durante la época del renacimiento, aunque también durante el período barroco y en algunas otras escuelas. Se denomina así a las producciones artísticas que tienen como fin rendir culto a lo sagrado y lo divino, por lo que sus temáticas giran en torno a cuestiones sagradas en relación con la religión. Las más comunes abordan la crucifixión de Jesucristo, la resurrección de Cristo, la imagen de la Virgen María con el niño Jesús, en general el ciclo de vida de Jesús, algunos ciclos del Antiguo Testamento, y algunas representaciones de Santos.
Las obras originales de los grandes artistas de este estilo se encuentran principalmente en Italia, como la Capilla Sixtina pintada por Miguel Ángel, donde se expone “La creación de Adán”, una de las obras sacras más reconocidas. Otro gran exponente es Leonardo Da Vinci, con su cuadro “La última cena” y Bernini, quien creó las columnas de la Basílica de San Pedro. Mientras que en América Latina realizó un papel muy especial para propagar la religión católica entre los indígenas
Los dos cuadros ya mencionados son ideales para tenerlos en casa, especialmente en el salón principal, pues además de la belleza y sublimidad que brindan al espacio donde son colocados, son sencillos de conseguir en réplicas. Otras obras sacras que cumplen con cualidades similares a las recién dichas son: “El descendimiento de la vcruz” por Van der Weyden, “La coronación de la Virgen” por el pintor español Velázquez, “Crucifixión” por Salvador Dalí, y “La inocencia de William” por Adolphe Bouguerau.
Estas pinturas se pueden encontrar en diferentes formatos y distintos marcos, se debe tener especial cuidado en la elección de ambas cualidades, para no crear mayores contrastes que puedan dar una apariencia desagradable. Para dar elegancia con ellas, lo mejor es buscar éstas u otras pinturas con bajorrelieves de alabastro moldead, con terminaciones policrómatelas al óleo. Esto brinda la sensación de antigüedad, pero de calidad, y por ende, dará a tu espacio un toque distintivo clásico.
Por otro lado, los marcos que contienen el arte sacro tienden a ser dorados y con relieves, sin embargo, en esta parte puedes ir por la originalidad y buscar un marco más cercano a lo moderno o en semejanza con el estilo de los muebles para guardar la armonía del salón que se esté decorando. Otra opción para ornamentar los espacios en la casa, si no se desea las pinturas debido a las dimensiones, pero sí agregar el toque sacro, son los elementos de éste arte. Existe una gran cantidad de objetos, desde hermosas y delicadas tallas en madera, hasta figuras de bronce.
Se puede encontrar “La Piedad” de Miguel Ángel y otras representaciones sacras, hechas con mármol. Este material es hermoso por sí solo, por lo que estas figuras pueden ser la elección ideal para colocar de centro de mesa, en un buró o incluso en el librero.