El Feng Shui no sólo se enfoca en armonizar un espacio tan íntimo como lo es nuestro hogar, sus beneficios también pueden extenderse hasta la oficina, en donde también se busca que la tranquilidad, el éxito y buen convivir se detonen para que las jornadas laborales sean agradables y los propósitos del negocio o proyectos resulten victoriosos.
El Feng Shui en la oficina también tiene consideraciones a tomar en cuenta para que este concepto resulte agradable, en especial si compartes espacio con quienes no tengan devoción a este tipo de iniciativas, ya que en la mayoría de los casos implica elementos decorativos que pueden no ser del agrado de todos o no son adaptables dependiendo de las características físicas, en este caso, de la oficina, por lo que antes de hacer cualquier modificación consulta si tienes autorización y la mayoría de tus compañeros está de acuerdo o tiene algún inconveniente.
Puedes analizar diversas opciones para que los elementos del Feng Shui se armonicen con tu área de trabajo, partiendo de la idea que la base de esta milenaria tendencia tiene el objetivo de generar alegría y pensamientos positivos que ayuden a evitar o reducir los momentos de estrés y conflictos, y sobre todo a que el espacio físico se transforme en un ambiente armonioso y tranquilo.
Por años se ha mantenido la creencia de que el Feng Shui requiere de drásticos cambios en el lugar, y si bien hay conceptos y estilos que sí apuestan hasta por cambiar por completo los materiales, tamaños o colores de un muro, muebles y elementos decorativos, puedes iniciar con tips básicos y clave para “encausar” las energías y establecer propósitos realistas, prácticos y útiles que beneficien a todos dentro de las posibilidades.
Comencemos con los puntos que debes aplicar: organización, concentración, protege tu armonía, atrae elementos positivos, busca la tranquilidad y elimina los obstáculos.
Organización
Comienza por hacer un inventario de los artículos que utilizas frecuentemente aunque se trate de dos lápices y una libreta hasta llegar a carpetas, computadoras, libros, notas, recibos, agendas y listas de control. Asigna un lugar específico para cada artículo dependiendo de la frecuencia de uso, escogiendo un lugar, tanto en el escritorio como en los cajones, que te permitan tomarlo y regresarlo de manera ágil. Esto te permitirá generar un hábito de limpieza.
Concentración
Si está en tus posibilidades pedir una reubicación de tu escritorio o área de trabajo, no dudes en consultarlo, esto te ayudará a tener mayor concentración para el desarrollo de tus actividades y metas diarias. El Feng Shui recomienda procurar no estar ubicado en los principales accesos de entrada o salida, particularmente si tienes un rango más alto de autoridad en la oficina. Mediante el concepto “colocarte en una situación de poder”, se apuesta a que estés ubicado en un sitio estratégico en el que puedas tener un panorama amplio sobre las demás áreas cercanas y así tengas una ruta directa con los compañeros de trabajo con los que más necesitas interactuar.
Sin obstáculos
Un ejercicio es limar asperezas con tus compañeros de trabajo con los que hayas tenido un proceso complicado. Haz una lista de aquellas actitudes o decisiones de los demás que te afectaron y analiza por qué se detonó, cuáles fueron tus responsabilidades y cómo puede evitarse en el futuro. No dudes en disculparte de una manera tranquila reconociendo tus errores y dando opción a que la otra parte también se exprese de manera respetuosa para acordar una mejor manera de trabajar.
Atrae los elementos
En el Feng Shui los elementos naturales ayudan a canalizar las energías y puedes acompañarte de una pequeña insignia decorativa de tu elemento favorito o del que consideres que puede ser tu aliado en momentos clave. Por ejemplo, para la tierra o madera, puedes acompañarte de una pequeña maceta con un cactus o un ramo sencillo de flores; para el agua puedes tener un vaso de agua en símbolo de paz y tranquilidad; para el aire acompáñate de un abanico o ventilador que te refresque, o no dudes en llevar contigo un pequeño objeto como un zapatito o un obsequio querido que te haya regalado alguien especial en tu vida.
Tranquilidad
Los aromas son un perfecto conductor y armonizador de emociones. Aunque puede ser complicado que te autoricen encender una pequeña vela en tu área de trabajo, puedes acompañarte de esta para olerla cuando sientas que el agobio te supera, aunque lo preferible es utilizar aceites esenciales en roll-on que puedas aplicar en tus muñecas, cuello o sienes cuando el cansancio o estrés se hagan presentes, de igual forma un perfume o loción pueden servir para aromatizar tu área de trabajo. Procura utilizar aromas que no resulten invasivos a los demás y da preferencia a olores de menta, lavanda y maderas sutiles.
Protégete con armonía
En este punto puedes aplicar diversas opciones para generar un ambiente en el que te sientas seguro, en especial si tienes una personalidad introvertida y tímida. Por ejemplo, procura tener una buena silla con un respaldo amplio o ubícate en una zona en la que tengas una ventana, un muro o cortina cerca de ti. Esto también te ayuda a concentrarte y apropiarte de tu área de trabajo. Si está en tus posibilidades, coloca un pequeño cuadro (hasta un portarretrato) con alguna imagen de la naturaleza, de tu viaje favorito o tus seres queridos, a los cuales podrás mirar si tienes un momento de frustración, tristeza y estrés, hacer un ejercicio de respiración, calmarte y continuar con tus labores.
¿Qué no hacer?
• Evita comer en tu escritorio. Esto te ayudará a despejar tu mente y de paso evitarás suciedad y posibles plagas de insectos.
• Procura deshacerte de objetos que no utilizas y solo te quitan espacio en tu lugar de trabajo. Cada semana o mes revisa documentos o artículos en desgaste o desuso para pedir un cambio o reubicarlos.
• No hagas actividades personales en tus horarios y áreas de trabajo, ya sea que se trate de alguna manualidad o proyectos alternos. Esto podría distraerte de tus actividades y metas laborales diarias o alterar tu flujo de trabajo personal y de tus compañeros.
• No invadas escritorios o zonas de trabajo ajenas, evita imponer decoración en áreas en las que no tienes autorización.
• Evita hacer ruidos excesivos o actividades invasivas en áreas comunes como cocinas/cafeterías, zonas de descanso o pasillos. Si escuchas música relajante o utilizas aromatizantes procura que sea de manera sutil.