La decoración le da identidad a nuestro hogar. Trabajar en ella es un proceso divertido, pero meticuloso. La estética es primordial, hay quienes son más metódicos y otros que se dejan llevar por su instinto, sin embargo, la creatividad es esencial en ambos casos, pues será la pauta para lograr ese espacio ideal donde encontraremos un refugio de paz y armonía.
Lo que a ti te parece chic, habrá a quien le parezca todo lo contrario, por eso es importante imprimirle tu personalidad a tu hogar, la cual se encaminará de acuerdo a tus gustos, aficiones e idiosincrasia. Hay quienes optan por una perspectiva minimalista, es decir, juegan con la regla de que menos es más, eligiendo accesorios y mobiliario que dibujen una atmósfera pulcra, elegante y sofisticada, pero hay otros que apuestan por el maximalismo, es decir, lo sobrecargado, lo que llama la atención y roba las miradas.
Tomando la idea entonces de que más es más, las texturas y los acabados entran a escena como protagonistas. La idea es saber cómo hacer una sinergia con ellos para que le den una identidad poderosa, pero al mismo tiempo acogedora a tu hogar. El maximalismo es una corriente que se aplica en la moda, por ejemplo, firmas como Versace o Dolce & Gabbana han hecho un emporio a través de esta estética. La extravagancia, la exageración y la intensidad son sinónimos que van muy bien con este término que toca los límites de la excentricidad.
En esta corriente del maximalismo aparece el art déco, movimiento de diseño que se popularizó en los años 20 y que se encumbró hasta finales de los años 30, influyendo notoriamente en la arquitectura, en el diseño interior, así como en el diseño gráfico e industrial. El art déco toma figuras geométricas y las delinea con precisión en sinergia con la utilización de tonos enérgicos y llamativos.
Si es de tu interés elegir la estética del art déco para tus espacios, debes tomar en cuenta ciertos aspectos, esta corriente encaja mejor en lugares amplios, porque su línea va por lo sobrecargado, donde se ofrezca energía, elegancia, opulencia y sensualidad. Y en ese sentido la creatividad jamás debe limitarse. Cada esquina y cada lado de tu casa pueden llenarse de accesorios, mobiliario y texturas, que te hagan sentir como si estuvieras en un museo regido por la precisión de las líneas y las figuras.
Incluso puedes hacer que cada espacio sea temático y exprese un sentimiento o una emoción. La sala por ejemplo puede jugar con prints de animales, colocar esculturas, cuadros y figuras geométricas que rompan con lo sofisticado, pero siempre en los márgenes del buen gusto, el cual se adquiere desde tu propia intuición. Lo gótico, lo victoriano, el barroco y hasta el artpop, son estilos que comulgan perfecto con esta tendencia. Si bien el minimalismo apuesta por lo funcional, el maximalismo va por lo visual.
Algunas características
En el art déco predominan figuras como los cubos, las esferas y los zigzags, elementos que hacen un buen match con el acero, el vidrio, la cerámica y las maderas. Para entender mejor este movimiento, hay que adentrarse en la historia de los años 20 y los años 30, por ejemplo, o consumir también películas que reflejen este momento de la historia, por ejemplo, la cinta “El gran Gatsby” que toma mucho esta influencia. El despertar a la modernidad estuvo muy marcado con el movimiento del art déco.