Aunque con los cambios de temporada puede que también suelas cambiar tus blancos —sábanas, cortinas, almohadas, toallas de baño, cobertores, cojines o frazadas, etcétera—, no es correcto simplemente retirarlas para garantizar una buena higiene, pues también tenemos que adentrarnos a limpiar a profundidad todo lo que se encuentra alrededor.
En otras palabras, cuando barres tu casa o sacudes el polvo de tus muebles diario o varias veces a la semana, realmente no estás eliminando el polvo de los blancos de tu hogar, sino que estos también los debes de someter a la limpieza profunda y hacerlo de manera constante para evitar que acumulen suciedad.
Recordemos que es esencial cambiarlos seguido para evitar tanto malos olores hasta plagas e infecciones. Las partículas de contaminación y suciedad se cuelan por las ventanas y puertas o se adhieren a tus blancos provocando que estos se ensucien más de lo que te imaginas
Por esta razón, intenta cambiar tus blancos de manera más frecuente y verás que cada vez será mucho más sencillo convertir el cambio en un hábito imprescindible.
- Te puede interesar: Mesas adecuadas para espacios pequeños
Cambiando los blancos
En el caso de las sábanas, es muy recomendable cambiarla por lo menos cada dos semanas para evitar que también se acumulen ácaros y polvo que podemos terminar respirando mientras dormimos. Afortunadamente, las sábanas son ligeras y fáciles de secar.
En todo caso, quizá algunos de los blancos con los que podrías tener un poco de problema a la hora de colocarlos a secar puedan ser los edredones y los cobertores. Afortunadamente, siempre puedes pedir ayuda para secarlos, o utilizar una secadora automática.
Cabe mencionar que es recomendable cambiar tu cobertor o edredón cada que cambies tus sábanas para evitar doble tarea, así como las almohadas. Después de todo, es el elemento en donde colocamos nuestra cabeza durante la hora de dormir, y puede acumular tanto polvo como grasa capilar.
De otra manera, por lo menos debes de lavarlas y renovar el producto cada dos años, pues también los textiles se vuelven viejos y caducan.
En cuanto a las toallas de baño respecta, debemos de lavarlas por lo menos cada 10 días, pues, recordemos, es una de las piezas que utilizamos para secar nuestro cuerpo y a las que pueden quedar expuestas nuestras partes íntimas.
Finalmente, en el caso de las cortinas te puedes dar el “gusto” de cambiarlas cada tiempo más que los otros blancos. Esto se debe a que se encuentran hechas de materiales más resistentes y menos expuestos a nuestro cuerpo, como una toalla o una sábana de dormir,
No obstante, cuando llegue el momento de lavarlas lo tienes que hacer a profundidad, y la frecuencia ideal para cambiarlas puede definirse por la temporada. En otras palabras, durante cada cambio de estación del año.
¿Y tú con qué frecuencia cambias los blancos de tu hogar?