La casa es el espacio personal en el que una persona no sólo tiene la oportunidad de llevar a cabo actividades de índole privado, sino también el lugar en el que puedes echar a andar tu creatividad y descansar.
Por esta razón es que es tan importante que el lugar en el que vivimos, el cual de manera inminente se termina convirtiendo en el espacio físico de lo que llamamos “hogar”, sea un sitio en el que nos sintamos cómodos, tranquilos y conformes para poder relajarnos y echar a volar la imaginación, además de ser nuestra propia proyección material.
En otras palabras, si bien la casa siempre representa una responsabilidad de mantenimiento es su dualidad como espacio- hogar lo que no debería de representar una preocupación, pues al final del día es el sitio que nosotros podemos acondicionar a menester de nuestra comodidad y preferencia. Debe de ser nuestro lugar seguro, y para lograr que lo sea, debemos idear las maneras para hacerlo realidad.
Piensa en una casa que te inspire
Antes de comenzar debes de saber que para crear tu propio espacio no es necesario seguir ninguna fórmula, aunque te puedes apoyar en algunos tips de decoración.
En la medida de lo posible tu espacio personal debe proyectar tu esencia y lo que tu mente necesita para sentirse cómodo y a salvo.
La proyección de tu hogar debe de ir de la mano con lo que proyectas para tu vida y la practicidad para tu vida cotidiana. Tu espacio personal debe de ser tu aliado, no tu carga mental.
Para ello puedes comenzar por reflexionar en torno a qué es lo que esperas ver al despertar, lo que te gustaría ver al llegar cansado de un día de trabajo, y lo que te haría sentir cómodo a la hora de dormir. Estas respuestas, por supuesto, variarán dependiendo la personalidad de cada quien, pues hay quienes gustan más de espacios cerrados, otros de espacios abiertos, colores cálidos, fríos, alegres o sobrios, preferencias que tienden a estar relacionadas, también, con tus actividades diarias.
Haz más con menos
Aunque la palabra “renovar” muchas veces puede causarnos conflicto ya que lo relacionamos con compras, la realidad es que podemos transformar nuestro hogar haciendo conciencia de lo que tenemos en casa y cómo podemos sacarle el mayor provecho.
En algunas ocasiones puede ser necesario hacer compras necesarias para la funcionalidad del hogar, como restaurar algunas tuberías, reparar algún hueco en la pared, y si nos ponemos muy exigentes, pintar algunos muros.
Tengo una casa pequeña
Si tu casa es de pequeñas dimensiones, debes saber que lo mejor que puedes hacer es deshacerte de cosas innecesarias, o simplemente guardarlas en un lugar que no obstaculicen la movilidad. Esto te ayudará no sólo a no entrar en episodios de estrés evitables por tener poco espacio de acción dentro del edificio, sino que también despejará tu mente al ver espacios “limpios” de objetos y te dará la sensación de estar en un sitio mucho más espacioso, especialmente si tu familia es grande.
Si apenas te encuentras en el proceso de amueblar tu hogar, puede ser un buen momento para anticiparte y considerar no comprar muebles tan grandes, a menos de que sea estrictamente necesario por el número de integrantes en el hogar, pero si ya tienes tus objetos siempre puedes acudir a otras opciones para dar la impresión de un lugar más amplio, ordenado y limpio.
Por ejemplo, puedes evitar saturar las paredes con retratos o cuadros, y de hacerlo, procura que no sean tan grandes. La idea será despejar los muros de tu hogar para no mandar el mensaje de saturación.
En el caso del color de las paredes, puedes optar por colores claros. Recuerda que, sobre todo el color blanco, se ha convertido en el mejor aliado para las casas pequeñas y con poca luz, además de que te ayudará a aligerar el ambiente de tu hogar.
El color blanco puedes utilizarlo prácticamente en cualquier habitación de tu hogar (¡sí, tanto como en el baño como en la cocina!), y además, al ser neutro, te ayudará a resaltar cualquier decoración en tu hogar sin importar del color que sea.
Por su parte, las decoraciones pueden ser variadas y pequeñas, o grandes, pero pocas, y en tonos fuertes para que rompan con la monotonía de los muros claros, esto si lo que deseas es darle un poco de calidez al espacio. De esta manera, tu decoración se convertirá en la protagonista de tu hogar, por lo que deberás de ponerte más selectivo a la hora de qué cuadros y hasta qué cortinas colocar.
Y recuerda: Menos es más
Muchas veces solemos confundir que entre más grandes o costosos los son los objetos del lugar, mejor se verán, y eso no puede estar más lejos de la realidad.
Lo importante, primeramente, es conocer las dimensiones de tu hogar y ser consciente de ello.
Por otro lado, si tu casa es pequeña y ya cuentas con muebles grandes, ¡no te preocupes! Siempre es un buen momento para tomar la iniciativa y configurar los espacios a tu manera. Recuerda: “tú debes de manejar la situación, no dejar que la situación te maneje a ti”.
Si este es tu caso, y pretendes que tu hogar se vea más organizado y amplio puedes acudir, como ya lo hemos mencionado, a aclarar las paredes de tu hogar y comenzar a guardar objetos innecesarios.
Guarda esos retratos de más en la pared, o distribúyelos estratégicamente en diferentes espacios de la casa sin saturar ningún muro. Prueba haciendo lo mismo con cuadros.
Despeja tu hogar, y despeja tu mente.
No satures cada metro cuadrado
A diferencia de los espacios grandes, en este caso debemos ser muy selectivos y evitar caer en la tentación de querer soltar “toda la carne al asador” en cuanto a la decoración respecta.
Al menos de que no tengas más opción, piensa en que no es necesario ocupar cada rincón de tu casa. Si no cuentas con mucho espacio para guardar tus objetos, puedes comenzar a poner en práctica la organización vertical con cestas o cajas almacenadoras. Te ayudará a aprovechar lo alto de tus muros y dejarás de obstruir corredores.
Guarda esas cobijas, juguetes, herramienta, papelería, zapatos, o bolsas que no utilizas y comienza a ahorrar espacio.
Hazlo de manera progresiva
Una de las ventajas de pintar de color blanco las paredes de tu hogar es que la pintura es bastante económica.
Si el presupuesto es corto, y la disponibilidad de tiempo también, puedes probar comprando pintura de poco en poco, y de manera progresiva, pintar tu casa. Dependiendo la cantidad de pintura y de tiempo con el que dispongas puedes avanzando en la emocionante travesía.
Mientras lo estés haciendo, recuerda que estás creando tu espacio personal, tu lugar seguro, ¡y motívate!
Si no dispones de mucho tiempo al día, puedes avanzar en la remodelación de las paredes pintando por cierta cantidad de metros cuadrados cada cierto día o semanas, con muros que no sean muy visibles o de lugares que no se utilicen de manera tan frecuente durante el día como un área común. Por ejemplo, el baño, el patio, el cuarto de lavado, etc.