Uno de los temas más difíciles de afrontar es el cuidado de los mininos durante su aseo, porque aunque ellos mismos se encargan de la mayor parte de este aspecto no podemos dejar de lado la hora del baño, un momento que a casi ningún felino le agrada. Pero no temas porque con estos tips lograrás aprender cómo bañar a un gato sin terminar con los brazos marcados por sus garras y algunos otros tips de higiene que mantendrán limpio al pequeño gato de tu hogar.
Antes de empezar a hablar sobre los baños de tus gatos, debemos de aclarar por qué no es tan imprescindible asear a un gato tanto como ocurre con los perros. La respuesta es que los felinos suelen ser muy dedicados en el cuidado de su propia higiene, prácticamente todos los días se acicalan a ellos mismos evitando que se acumule la suciedad en su pelaje. Es por esta misma razón que a gran parte de los gatos no les agrada que alguien más los moje y los bañe.
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Baña a tu gato sin tanta frecuencia
Aunque nuestros gatos se quiten el pelo muerto, masajeen las raíces de su pelaje y esparzan los aceites de su cuerpo de forma más uniforme, partículas de polvo y otro tipo de suciedad no salen totalmente tan solo con su lengua; por lo que necesitarán ayuda para que su pelaje no se ponga grasiento o pegajoso.
La constancia de baño dependerá de su edad, el tipo de pelo, costumbres y necesidades. Por ejemplo, un cachorro puede empezar a bañarse a partir de los dos meses y deberás hacerlo con mayor frecuencia que con los gatos adultos, ya que acumulan suciedad más rápido y aún no saben usar su lengua. Asimismo, hacerlo de forma periódica desde que son pequeños les ayudará a acostumbrarse a esta rutina y evitará que se estresen.
Después de su primer año, puedes bañar a tu minino cada tres o cuatro meses dependiendo del largo de su pelo. Si tiene un pelaje largo o mediano y además le gusta pasar tiempo fuera de casa, necesitará baños más frecuentes que los gatos de pelo corto que no salen a la calle.
¿A tu gato no le gusta el agua?
Aunque no es verdad ese rumor de que todos los gatos detestan el agua, sí es cierto que al ser un elemento poco cotidiano tiende generarles recelo. Además, mojarse o sentirse rodeados de agua puede desorientarlos y generarles estrés, por lo que podrían tener una reacción violenta. Afortunadamente, existen algunas técnicas para bañar gatos en casa que podrán ayudarte a que tu minino se sienta menos incómodo y te sea más fácil bañarlo.
Primero: ¡Tranquilo!
Esta situación ya será de inicio muy extraña para tu gato, y si además percibe tus nervios o molestia, él se sentirá aún más indispuesto a que los bañes. Por eso, es importante que te mentalices y pase lo que pase mantengas la calma.
Pásale el cepillo antes del baño
De esta forma lograrás mantenerlo relajado antes de entrar a la ducha y, además, te asegurarás de que no se generen nudos en su pelaje que luego te puede costar mucho quitarle.
No uses agua muy caliente, o muy fría
A los gatos les gusta mantenerse frescos por lo que el agua caliente los pondrá muy incómodos y el agua muy fría los estresará y molestará, procura hacerlo con agua templada muy parecida a la de la temperatura del lugar.
No lo sumerjas a tu gato en su totalidad
Para que el gato se sienta cómodo, necesitará estar parado sobre sus cuatro patas y sentir el piso firme. Coloca una toalla para evitar que se resbale y no dejes que el agua rebase sus patas, solo usa el agua necesaria.
Protege sus orejas
Colocar una bolita de algodón en cada uno de sus oídos evitará que el líquido entre y genere problemas futuros como infecciones y taponamientos en sus orejas.