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Aprende a trasplantar tus plantas y extender su vida

Trasplantar una planta es una tarea esencial para asegurar su crecimiento y la salud  

Lo ideal de un transplante es hacerlo cuando la planta está en su período de crecimiento activo Christine/Unsplash
Por:  Espacios Informador

En el mundo de la jardinería, trasplantar es una tarea fundamental para mantener nuestras plantas saludables y en óptimas condiciones. Pero, ¿sabemos realmente cómo hacerlo de manera correcta? Te invitamos a conocer todo lo que necesitas saber sobre cómo y por qué trasplantar.

En primer lugar, ¿por qué es necesario trasplantar? La respuesta es sencilla: las plantas crecen y necesitan espacio para desarrollarse. Si dejamos una planta en la misma maceta durante demasiado tiempo, sus raíces se pueden enredar y no tendrán suficiente espacio para absorber los nutrientes y el agua que necesitan. Además, las raíces pueden acabar agotando los nutrientes del sustrato, lo que puede afectar negativamente el crecimiento de la planta.

Por otro lado, trasplantar también nos permite renovar el sustrato de la planta, lo que es importante para mantenerla en buenas condiciones. El sustrato se va descomponiendo con el tiempo y pierde sus propiedades, por lo que es necesario cambiarlo cada cierto tiempo para asegurarnos de que nuestras plantas tienen acceso a los nutrientes que necesitan.

Ahora bien, ¿cómo debemos trasplantar? Lo primero que debemos hacer es elegir una maceta adecuada para nuestra planta. La maceta debe ser lo suficientemente grande como para que las raíces tengan espacio para crecer, pero no tan grande como para que el sustrato se quede demasiado húmedo y pueda provocar problemas de pudrición.

Una vez que tenemos la maceta adecuada, debemos prepararla. Si estamos utilizando una maceta nueva, es importante lavarla bien con agua y jabón para eliminar cualquier residuo que pueda tener. Si estamos reutilizando una maceta antigua, debemos limpiarla bien y desinfectarla para evitar posibles plagas o enfermedades.

A continuación, debemos preparar el sustrato. Es recomendable utilizar un sustrato de calidad, rico en nutrientes y con buen drenaje. Podemos añadir también algún fertilizante orgánico para asegurarnos de que nuestras plantas tienen acceso a todos los nutrientes que necesitan.

Una vez que tenemos la maceta y el sustrato preparados, podemos proceder a trasplantar. Lo primero que debemos hacer es retirar la planta de su maceta anterior con cuidado, tratando de no dañar las raíces. Si las raíces están muy enredadas, podemos utilizar una herramienta para separarlas con cuidado.

A continuación, colocamos la planta en la maceta nueva, asegurándonos de que queda a la misma profundidad que en su maceta anterior. Añadimos sustrato alrededor de la planta, presionando ligeramente para que quede bien asentado. Es importante no enterrar demasiado la planta, ya que esto puede provocar problemas de pudrición.

Finalmente, regamos bien la planta para que el sustrato se asiente y las raíces tengan acceso al agua. Es recomendable regar con moderación durante los primeros días después del trasplante, para evitar posibles problemas de exceso de agua.
 

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