Las suculentas y/o cactáceas son las plantas hogareñas por excelencia, pues en los últimos años se han vuelto muy populares ya que sus diseños son sumamente variados y hermosos, existen alrededor de 8 mil especies diferentes de suculentas.
Las suculentas se caracterizan por ser especies desérticas que no requieren muchos cuidados ni atenciones, por eso son la planta ideal para principiantes en el cuidado de plantas, y se pueden adaptar fácilmente a casi cualquier espacio del hogar.
Sin embargo, ya sea por desinformación o descuido se suelen cometer estos tres errores que pueden costarle la vida a tu planta, toma nota para evitar una tragedia:
Tenerlas en la sombra
Es verdad que las suculentas pueden desarrollarse perfectamente dentro de casa, sin embargo no es del todo cierto que sobrevivan en ambientes sin luz natural, las suculentas como toda planta requieren de la luz solar para desarrollarse, la vitamina que les proporciona el sol, no la consiguen en ninguna otra parte.
Por ello las suculentas necesitan estar en un espacio donde puedan recibir aunque sea parcialmente los rayos de sol, de no ser el caso entonces deberás exponerla a la luz natural todos los días por lo menos 5 horas diarias.
Macetas sin drenaje
Este tipo de planta es desértica, por lo que no se lleva bien con la humedad, y si su contenedor no tiene un drenaje adecuado, la tierra contendrá la humedad por mucho más tiempo, dando como resultado que las raíces se pudran.
La recomendación, en caso que la maceta esté colocada en un sitio que se pueda estropear por el escurrimiento de agua, es colocar un plato contenedor debajo de la maceta, para que capte el agua desechada.
Riego inadecuado
Las suculentas no requieren mucha agua, pero si la necesitan para vivir, se suele pensar que por ser plantas desérticas pueden sobrevivir semanas sin recibir gota de agua, pero no es así.
Un truco para saber cuando es el momento adecuado de regarla, es hacerlo cuando la tierra luce seca, mientras se vea húmeda deberás esperar. Ya que el exceso de agua podría matarla de igual manera.
Cuando la riegues, asegúrate que la maceta quede adecuadamente húmeda, dependiendo del tamaño (entre más pequeña la maceta, más agua deberá recibir). Y jamás mojes sus hojas, esto contribuye a que se pudra.