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La iglesia de Santa Mónica, una joya del barroco salomónico

Ubicada en el Centro de Guadalajara, el templo es un ejemplo de la arquitectura barroca en el país

El templo de Santa Mónica se ubica en la calle Santa Mónica, entre San Felipe y Reforma, en el Centro Histórico de Guadalajara. Espacios

Ubicada en el Centro Histórico de Guadalajara, la iglesia de Santa Mónica es considerada como un extraordinario ejemplo de arquitectura virreinal, en él, se expone la variante del barroco salomónico. Esta fase del barroco se sitúa entre 1630 y 1730, su creación se debe al arquitecto italiano Bernini, quien trató de copiar una columna arábica encontrada en lo que se creía era el templo de Salomón. Este estilo se incorporó principalmente en columnas de formas helicoidales. El barroco salomónico está expuesto en las decoraciones de la fachada del templo de Santa Mónica.


La planta arquitectónica corresponde a lo que fue en sus inicios, un típico templo de convento de monjas, ya que posee elementos constantes: el eje paralelo a la calle, los dos ingresos laterales, el campanario, el coro alto y bajo. Mientras que, las dos portadas muestran el talento y calidad de los canteros en el arte de la estereotomía y talla, en éstas, se muestra la esencia del barroco nacional a través de la iconografía y molduras.
 

En la parte exterior, se puede aprecia la escultura de grandes dimensiones de San Cristóbal, la cual guarda manufactura indígena. Está colocada dentro de un nicho; su base posee múltiples y varías decoraciones. Esta estatua, junto con los arcos de las puertas de entrada, las gárgolas que simulan pelícanos, los santos y escudos de la orden, han sido admirados y aplaudidos por maestros del arte arquitectónico.

Detalles del barroco salomónico en el ingreso principal a la iglesia. Espacios 

Detalle sagrado
El águila de dos cabezas que se encuentra en la fachada del templo de Santa Mónica tiene grabado en su corazón una iglesia. Para ver el detalle hay que pararse frente al inmueble barroco.

Algo de historia
El templo de Santa Mónica inicia a principios del siglo XVIII, cuando el padre Feliciano ordena su construcción entre 1719 y 1720, con la finalidad de ser un convento. En 1733 finaliza la obra arquitectónica y ese mismo año muere el padre que lo mandó a levantar. El predio del templo y del convento era de cuatro mil metros cuadrados aproximadamente.


El edificio fungió como se tenía planeado durante todo un siglo, el monasterio estuvo intacto y cumpliendo con su finalidad, hasta la época de la Independencia y posteriormente la Reforma, en este tiempo es cuando el recinto es expropiado por el Estado. El convento desapareció. Y el recinto quedó abandonado por mucho tiempo. A principios del siglo XX, el edificio es demolido por el Seminario, para construir un edificio con estilo art nouveu diseñado por arquitectos franceses. 


Durante la restauración de la fachada, en 2007, se descubrió el labrado de piedra original en dos muros, los cuales se piensan fueron recubiertos con losas de cantera y relleno de arena para dar firmeza a la estructura. En este relleno de arena que separa el antiguo muro original de las losas de cantera actuales, también se encontraron objetos como monedas, medallas, crucifijos, estatuas, utensilios de barro y una caja con varias piezas de valor arqueológico. Además, dentro del templo se encontraron indicios de pinturas murales.

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