Personajes

Ignacio Díaz Morales, el mexicano que marcó la arquitectura en Jalisco

Este próximo 3 de septiembre, el arquitecto que además mantuvo una estrecha amistad con Luis Barragán y Rafael Urzúa, cumplirá 31 años de fallecido

El arquitecto tapatío Ignacio Díaz Morales fundó la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos, Arquitectura A.C., también conocida como Arquitac y Arquitectura Sacra, instituciones que han dejado una marcada huella en el medio de los arquitectos del estado de Jalisco, México. PINTEREST/ arquired.com.mx

El trabajo y la influencia del arquitecto mexicano Ignacio Díaz Morales fue definitiva en la producción arquitectónica del Jalisco contemporáneo. 

Nacido el 16 de noviembre de 1905 en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, realizó sus estudios en la Escuela Libre de Ingenieros, los cuales también lo llevaron a recibir el título de Ingeniero Civil y Arquitecto en octubre de 1928.

Los inicios de su trayectoria

Siendo a penas un joven ingeniero y arquitecto recién egresado, comenzó a trabajar en el año de 1930 al Ferrocarril del Sudpacífico, la cual era una compañía estadounidense que tenía su sede en la misma ciudad de Guadalajara, y en donde realizó una trabajo, para muchos, “incansable”. 

Como parte de la empresa, proyectó y construyó la estación de Nogales, en la cual proclamó mediante la arquitectura que “México estaba allí”. Posteriormente, creó las estaciones de Guaymas, Ruiz, entre otras, así como "casas de acción" para los ferrocarrileros.

Estación de ferrocarriles "Nogales", en Sonora, diseñada por Ignacio Díaz Morales. PINTEREST 

Desafortunadamente, estas últimas estaciones han desaparecido, pero de ese periodo permanece el Gran Hotel Playa de Cortés, el cual construyó al ganar el concurso al arquitecto neoyorquino Alfred Hopkins.

Dentro de su sobresaliente trabajo profesional en el campo del diseño y construcción de edificios arquitectónicos y de espacios urbanos, resaltó también su oportuna y atinada intervención en la conclusión o remodelación de algunos de los más valiosos edificios patrimoniales y de los más distinguidos espacios abiertos de Guadalajara.

Por otro lado, el arquitecto Díaz Morales también construyó en 1930 una casa para Trinidad Morales, la cual es muy famosa por su jardín interior, mismo que se convirtió en lección para los arquitectos al mencionar su creador una frase que bien pudiera ser su lema: “Concebir primero la cosa poética y alrededor de ella levantar los muros.”

Fue a mediados de la década de los años treinta que finalmente se interesó por el urbanismo y concibió la cruz de plazas en torno a la catedral tapatía, que se convirtió en una realidad quince años más tarde.

Entre sus intervenciones urbanas y arquitectónicas se pueden enlistar:

También a él le debemos la remodelación del Teatro Degollado, del Hospicio Cabañas y de la catedral de Tuxtla Gutiérrez, así como de numerosas residencias en Guadalajara y conjuntos habitacionales.

Foto panorámica de la Cruz de Plazas, en Guadalajara, proyecto que también fue iniciativa de Ignacio Díaz Morales. PINTEREST

La estructura de sus proyectos

Básicamente, desde los inicios de su trabajo como arquitecto, las obras de Ignacio Díaz Morales llevan a sus extremos el desnudamiento, la depuración de funciones y formas y la honestidad como principio plástico, cualidades que no impedían que su alma romántica se lograra filtrar por todos los rincones.

Logros y reconocimientos

Díaz Morales fue fundador de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara (UDG) en 1949, la cual fue la primera en esta ciudad. Para este proyecto, invitó al alemán Mathías Goeritz a participar en la escuela como profesor y apoyo en la orientación de la enseñanza de la arquitectura.

El mismo Ignacio también fungió como director de la escuela desde sus comienzos hasta 1963, además de fundar él mismo la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos, Arquitectura A.C, conocida como Arquitac y Arquitectura Sacra, instituciones que han dejado una marcada huella en el medio de los arquitectos de Jalisco.

Su trabajo como profesor es considerada como muy meritoria en los campos de teoría de la arquitectura impartida por más de tres décadas en la escuela que él fundó y en otras instituciones.

Años después, en 1973 fue invitado a participar en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente -ITESO- como profesor, trabajo que continuó hasta su muerte en 1992. Fue también maestro en el Seminario Mayor y en el Seminario Menor durante treinta años.

Como parte de su vida personal, se sabe que fue muy amigo de los también arquitectos Luis Barragán y Rafael Urzúa, de los tres, Díaz Morales era quien aportaba definiciones y luces, ya que lo caracterizaba un pensamiento profundo y muy metódico. 

Era sumamente apasionado de los cuestionamientos teóricos y tenía, paradójicamente, el temperamento más romántico en ese grupo de románticos. 

Premios y reconocimientos

En reconocimiento a su trabajo profesional y académica recibió, entre otras distinciones:

Este distinguido arquitecto jalisciense falleció el 3 de septiembre de 1992, y sus restos descansan en la cripta del Templo Expiatorio de Guadalajara.

Meses después de su muerte, el 17 de julio de 1993 a la plaza del Expiatorio de Guadalajara se le asignó su nombre en su honor, y en noviembre de 1993, se le instituyó el Premio Nacional de Arquitectura Ignacio Díaz Morales, el cual convoca la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla.

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