El concepto hygge se ha ganado el corazón de la gente en los últimos tiempos. Mucho más que un estilo, también representa una actitud. Y no pasó mucho tiempo antes de que esta idea se introdujera también en la decoración de ambientes.
De origen danés, la palabra no tiene una traducción literal al portugués, pero el significado de hygge es una sensación única de paz y calidez.
Debido a los largos periodos invernales y la poca luz, la población nórdica se ha apropiado del término para reproducir en sus hogares ambientes más cálidos y acogedores que aporten mucho más bienestar a su rutina a través de la decoración.
Si tú también quieres apostar por esta tendencia hygge y quieres aportar ese toque extra de calidez a tu hogar, hemos preparado algunos consejos para ti en este artículo.
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Apuesta por la luz y los elementos naturales
Uno de los principales pilares de la decoración hygge es la iluminación natural. Por eso, apuesta por valorar esta luz con grandes ventanales, cortinas transparentes y elementos que iluminen aún más los ambientes.
Además, otro elemento básico de este tipo de decoración son los elementos naturales y sencillos. El secreto aquí está en apostar por materiales como la madera y el mimbre en los puntos estratégicos de la decoración.
Puedes usarlo en la mesa, mostradores, gabinetes, paneles de TV e incluso en el piso. Aportarán un toque extra de calidez y además resaltarán aún más la iluminación natural del ambiente.
Invierte en colores neutros
Una de las formas de valorar también la luz natural es usar y abusar de colores neutros en las paredes. Y no creas que el lugar será “aburrido” por esto. La decoración hygge no tiene por qué ser muy sobria porque solo tiene paredes claras. Sólo necesita estar limpio.
En estos casos, los tonos pastel son los mejores. Las variaciones en gris, marfil, crema y beige son muy bienvenidas. Estos tonos aportan más tranquilidad al ambiente y lo hacen muy fácil a la hora de decorar.
Si realmente sientes la necesidad de agregar un color vibrante, elige sólo uno y aplícalo en elementos específicos de la decoración y detalles del ambiente, como almohadas, pequeñas esculturas y marcos de cuadros. Todo esto, sin exagerar la cantidad.
Mezcla texturas
Una vida hygge y su decoración también involucran varios sentidos. Aunque la visión es un punto importante cuando hablamos de este estilo, el tacto es lo principal. Por eso, a la hora de decorar tu hogar, apuesta por elementos suaves y confortables como el punto, el terciopelo o la lana.
Esta mezcla de texturas puede estar presente a través de fundas de almohadas, mantas e incluso la alfombra. Lo ideal es elegir todo aquello que se pueda considerar muy agradable al tacto y que transmita una sensación de acogida aún más fuerte.
Aprecia los detalles
La belleza del hygge también está en los detalles de cada rincón de la casa. Ellos son los que darán el toque justo de estilo y completarán la decoración. Todo esto sirve para que su ambiente sea sencillo y a la vez íntimo.
Si quieres complementar tu juego de luces, puedes apostar por colgantes y sobremesas. Invierte también en velas de sabores para garantizar una iluminación suave y un olor agradable al mismo tiempo.
Es interesante pensar en plantas y flores que aporten un toque hygge a la decoración de ambientes. Elige la ubicación en la que estarán y decide el tipo de follaje ideal para ese espacio.
Apuesta también por marcos con diseños minimalistas, mantas, portarretratos y otros elementos para hacer más acogedor tu ambiente.
Siempre cómodo
Lo más importante en el estilo hygge es mantener la comodidad cada vez que ingresas a la habitación. Una decoración llena de objetos personales, elementos relajantes y una decoración íntima son fundamentales para esta tendencia.